En este versículo estudiaremos lo que significa meditar en la palabra de Dios y lo que encontramos en ella a través de estos salmistas.
Salmo 1:2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. RVR
El libro de Santiago nos habla de los oidores y hacedores de la Palabra y se puede relacionar con los bienaventurados que habla David: aquellos que han aprovechado la enseñanza. Santiago 1:19-25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Analizando las palabras de David y Santiago entendemos que el hombre justo, no es justo solo por escuchar y leer la palabra, es justo porque mira atentamente la Palabra de Dios, la escucha, la obedece, la aplica en su vida y medita en ella.
¿Qué es meditar?
Hay que tener presente de no confundir la meditación oriental con la meditación cristiana. La meditación oriental se aplica vaciando la mente mientras que la meditación cristiana se aplica llenando la mente de la Palabra de Dios. No tenemos que vaciar la mente, tenemos que quitar de nuestra vida cualquier cosa que nos impida avanzar, especialmente el pecado que nos hace caer tan fácilmente como dice el libro de Hebreos en el capítulo 12.
La meditación es un proceso mediante el cual aprendemos a escuchar la voz de Dios por medio de su Palabra, nos hace reflexionar en ellas como vernos en un espejo para que produzca un cambio en nuestras vidas. El salmista del salmo 119 expresa un profundo amor por Dios al leer la Palabra, meditar en ella y orar sobre ella. No se ha definido quién es el autor de este salmo, unos dicen que David, pero lo importante ahora no es conocer su autor sino conocer su corazón ya que fue inspirada por Dios para ser útil a nuestras vidas y el tema central de este salmo es la Palabra de Dios.
¿Cómo podemos meditar en la Palabra de Dios? Podemos tomar como ejemplo el corazón de este salmista:
Salmos 119:97-105 RVR1960
97 ¡Oh Cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
El propósito no es leer las escrituras, sino amarla, escudriñarla para encontrar su verdad.
Los maestros religiosos judíos escudriñaban las Escrituras en búsqueda de la vida eterna pero no creían en Jesús por eso Jesús les dijo en Juan 5:39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Hay muchas personas que conocen de biblia, pero no conocen a Cristo. En este libro cada historia plasmada nos conecta a una sola historia y es la vida de Jesús desde Génesis hasta Apocalipsis.
98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo.
David fue perseguido por el rey Saúl, en muchas ocasiones quiso matarlo, pero David nunca se defendió a pesar que tuvo la oportunidad de matarlo, pero David fue un hombre sabio que se dejó guiar por Dios, permitió que Dios hiciera su propia justicia. Tenemos que saber enfrentar nuestros gigantes, entendiendo que el arma más poderosa contra todas las fuerzas del mal es la Palabra de Dios.
99 Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación.
Leer nos da conocimiento, pero meditar en ella nos da sabiduría. La biblia es un libro profético inspirador que tiene que ser revelado por el espíritu santo; Santiago 1:5 Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
100 Soy más sabio que los ancianos porque obedezco tus mandamientos. PDT
Obedecer la palabra de Dios nos hace sabios; Aquí no se trata de la experiencia sino de la obediencia.
Proverbios 13:1 El hijo sabio recibe el consejo del Padre.
101 De todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra.
Si no nos alejamos del mal no vamos a poder obedecer las órdenes de Dios, porque como dice Gálatas 5, el deseo de la carne es contra el espíritu. Siempre seremos tentados por el mal, pero cuando permanecemos meditando en su palabra no seremos controlados por el mal. Una cosa es ser tentados y otra ser controlados
102 No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste.
Al igual que el salmista, Josué nunca desobedeció las órdenes de Dios, tenía una gran y difícil responsabilidad: comandar a las doce tribus de Israel en la conquista de Canaán la tierra prometida, pero Josué obedeció las instrucciones de Dios. Josué 1:8 NTV Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas. Esto no significa que no vamos a pasar por dificultades, ningún líder, ningún profeta de la biblia dejó de pasar por dificultades, pero Dios estaba con ellos y esa debe de ser nuestra gran bendición que Dios esté en todas nuestras dificultades.
103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.
El salmista disfrutaba la palabra de Dios como su delicia. Cuando vamos a un restaurante muy fino y pedimos un postre, no lo sirven con una cuchara grande sino con una muy pequeña para que lo disfrutemos lentamente, lo saboreemos y es tan delicioso que no queremos que se nos acabe! Lo disfrutamos al máximo. Así mismo tenemos que disfrutar la palabra, estudiarla lentamente para disfrutar su delicia.
104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.
El camino de mentira es lo que está aconteciendo en estos tiempos: la apostasía y falsos profetas. Hebreos 5:14 RVR. La palabra de Dios es un alimento sólido, para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Tenemos que crecer en el conocimiento de la palabra para no ser engañados por cualquier viento de doctrina. Como dice Efesios 4:14, para que ya no seamos como niños fluctuantes llevados por doquiera de todo viento de doctrina por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.
105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
¿Cuál es la función de una lámpara? Alumbrarnos en la oscuridad; eso hace la palabra de Dios: nos guía por donde debemos caminar correctamente, ella nos alumbra, pero debemos seguir su luz, la luz de cristo porque él es la Palabra de Dios encarnada.
Consejos para estudiar la Palabra de Dios:
El peor error que podemos cometer es sacar un pasaje fuera de contexto. Lo ideal es leer todo el capítulo para no perder el mensaje y el propósito por el cual se escribió ya que la biblia no se escribió en español ni en inglés sino en hebreo, griego y arameo. Es importante usar herramientas que nos ayuden. Una de ellas es las diferentes versiones bíblicas. Particularmente a mí me gusta ver en un diccionario el significado de las palabras desconocidas y los sinónimos de ellas para un amplio conocimiento. Acudamos a los estudiosos y eruditos bíblicos para aprender de sus conocimientos pero para ampliar más el conocimiento.
La biblia no necesita nuestra interpretación sino la revelación porque ella ya tiene su propia interpretación y eso se logra: pidiendo la sabiduría y la revelación al espíritu santo de Dios, estudiando, escudriñando y meditando. También es importante conocer un poco de la vida de los personajes para encontrar en ellos el espíritu de la profecía que es el testimonio de Jesús.
La biblia tiene un solo autor que es Dios, quien usó a varios escritores para transmitir un mensaje. Nuestra misión es transmitir el mensaje con un comentario cien por ciento bíblico, cristocéntrico y no añadir nuestras propias opiniones, sino lo que Dios quiere hablar a través de ella. Este libro está vivo y es una guía que nos cambiará de adentro hacia fuera.
Dios te bendiga.