Salmo 2: 7-12 Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. 8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. 9 Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás. 10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. 11 Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor. 12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.
Como salmo profético y mesianico; podemos ver a Jesus haciendo una proclamación pública de lo que ya Dios ha establecido; la promesa de Dios mencionada es: Mi hijo eres tú yo te engendré hoy.
Jesús es el único rey ungido como el Mesías, el Hijo de Dios quien es la herencia suprema sobre todas las naciones. Esta promesa fue predicada por Pablo en una sinagoga en Antioquía de Pisidia lo podemos ver en Hechos 13:32-33 Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, 33 la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesus; como esta escrito tambien en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.
Dios Padre engendró a su Hijo Jesus y la resurrección de Jesucristo fue la evidencia pública como: El Hijo de la promesa; el Mesías el Hijo de Dios. Una promesa cumplida y anunciada por los profetas antiguos como lo dijo Pablo en Romanos 1: 3 Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.
Jesucristo es el único rey del universo al que se le ha dado la promesa de las naciones y como dueño de las naciones; es la autoridad suprema sobre todos los gobernantes y autoridades de la tierra. Pablo deja claro que Jesús está por encima de todas las cosas; lo dice en Colosenses 1:15-16 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para el.
La Palabra de Dios nos deja muy claro por quien fueron creadas las cosas y para quién pero también entendemos que fueron hechas por su voluntad para su alabanza, su gloria y su honra y para aquellas naciones que se rebelan y no han entendido y rechazan su voluntad; llegará el día como dice el salmista que los quebrantará con vara de hierro porque el ungido de Jehová desciende con poder y autoridad sobre las naciones. Aquellos que no se sometan a Cristo, que violaron sus leyes; serán juzgados cuando él venga a gobernar sobre este mundo como lo dice Apocalipsis 2:26-28 Y al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las naciones; 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como también yo he recibido de mi Padre; 28 y le daré la estrella de la mañana.
Dios está dando tiempo a las naciones, a los gobiernos, líderes y a todo el que se ha revelado con odio contra él y su ungido por eso les dice en el salmo 2: 10-12. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestaciones, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcais en el camino; Pues se inflama de pronto su ira.
Este salmo termina con una exhortación a someternos al reinado de Dios y su ungido el Mesías. Es un llamado a los gobernantes de la tierra, a toda la humanidad, aun a la misma iglesia; a corregir nuestros actos, a someterse en obediencia, admitir la corrección, aceptar con amor sus estatutos y obedecerlos.
Todo gobierno que ha quebrantado las leyes de Dios con decretos antibiblicos tiene que corregir lo que está en contra de la voluntad de Dios y debe basar sus gobiernos en la fe de Cristo, de lo contrario sufrirán las consecuencias anunciadas como advertencia en la Palabra de Dios. Aquellos que lo rechazan no alcanzarán la gracia de Dios pero son bienaventurados los que en él confían.
Dios te bendiga